John the Ripper. Auditoría y Evaluación de Credenciales
Es nuestra herramienta principal para la auditoría de contraseñas, con la que medimos la fortaleza real de los hashes y la eficacia de las políticas de seguridad implementadas en un sistema.
Auditoría de Credenciales
Análisis de Políticas
Evaluación de Robustez
Recuperación de Contraseñas
Pruebas de Fuerza Bruta
Utilizamos John the Ripper en entornos controlados para auditar la fortaleza de los hashes de contraseñas, evaluando la eficacia de las políticas de seguridad y la concienciación de los usuarios en la creación de credenciales robustas.
Medimos la resistencia del eslabón más débil: la contraseña. Usamos John the Ripper para cerrar la brecha entre la política de seguridad y la realidad.
De la Política a la Práctica
Una política puede exigir complejidad (mayúsculas, números, etc.), pero no puede medir la predictibilidad. Auditamos los hashes de un sistema para descubrir si las políticas se traducen en contraseñas fuertes o si los usuarios recurren a patrones comunes (Password2025!) que son triviales de adivinar.
Concienciación a Través de la Evidencia
La forma más efectiva de promover un cambio es con pruebas. Presentamos informes estadísticos y anonimizados que demuestran el riesgo. Mostrar que un X% de las credenciales puede ser descifrado en horas es el argumento definitivo para invertir en formación y en tecnologías de autenticación más fuertes.
Simulación de un Ataque Post-Brecha
Nos ponemos en el lugar de un atacante que ha exfiltrado una base de datos de hashes. Al intentar descifrarlos con John the Ripper, evaluamos el daño potencial de una brecha de datos. Este análisis nos permite justificar la implementación de algoritmos de hashing más seguros como bcrypt o Argon2.
Optimización de Auditorías con Reglas y Máscaras
No realizamos ataques de fuerza bruta ciegos. Aprovechamos al máximo el motor de reglas de John the Ripper para simular los patrones de comportamiento de los usuarios. Combinamos diccionarios con reglas que añaden años, sustituyen caracteres (a por @, i por 1) o alteran mayúsculas, replicando la forma en que las personas crean sus contraseñas y haciendo nuestras auditorías mucho más rápidas y eficaces.
Auditoría Multi-Plataforma
Gracias a la versión «Jumbo» de John, nuestra capacidad de auditoría no se limita a los hashes de sistemas Linux. Analizamos una amplia gama de formatos de hashes extraídos de bases de datos (PostgreSQL, MySQL), Directorio Activo de Windows, archivos comprimidos (ZIP, RAR) y documentos de ofimática, proporcionando una evaluación de seguridad de credenciales completa en entornos tecnológicos heterogéneos.
Preguntas
Frecuentes
Clave
Importantes
El «cracking» de contraseñas suena malicioso. ¿Cómo garantizan un uso ético de esta herramienta?
La ética es nuestra prioridad absoluta. El uso de John the Ripper se rige por un protocolo estricto: siempre operamos con una autorización explícita y por escrito del propietario de los sistemas. Las auditorías se realizan en entornos aislados, y el objetivo nunca es exponer las contraseñas individuales, sino generar métricas agregadas para mejorar la seguridad global.
¿Qué hacen con las contraseñas que logran descifrar durante una auditoría?
Las contraseñas en texto plano nunca se almacenan ni se comparten. El entregable de una auditoría de este tipo es siempre un informe estadístico y anonimizado. Por ejemplo: «El 20% de las contraseñas auditadas se encuentra en listas de las 10.000 más comunes» o «El 35% no cumple la nueva política de longitud». El foco es mejorar la política y la formación, no señalar a usuarios.
Si ya usamos un algoritmo de hashing fuerte como bcrypt, ¿sigue siendo necesaria esta auditoría?
Sí, totalmente. Un algoritmo fuerte como bcrypt hace que el proceso de descifrado sea extremadamente lento, lo cual es la defensa principal. Sin embargo, esta auditoría sigue siendo valiosa para verificar dos cosas: primero, que el algoritmo está implementado correctamente (con un «cost factor» o «rounds» adecuados); y segundo, para identificar las contraseñas extremadamente débiles (123456, password) que, incluso con bcrypt, podrían ser el primer objetivo de un ataque prolongado.

























